
Bitcoin opera en una red blockchain, que es un libro contable público distribuido. Cada bloque en la cadena contiene:
- Detalles de las transacciones recientes.
- Una referencia al bloque anterior.
- Un problema criptográfico que los “mineros” deben resolver.
La minería es el proceso mediante el cual las computadoras resuelven problemas matemáticos complejos para validar transacciones y añadir nuevos bloques a la cadena. Los mineros son recompensados con bitcoins por su trabajo, incentivando así el mantenimiento de la red.
La minería es fundamental para entender por qué Bitcoin tiene un valor intrínseco. A diferencia de una moneda fiduciaria, cuyo valor depende únicamente de la confianza en la entidad que la emite, Bitcoin tiene un respaldo físico implícito: el esfuerzo computacional y energético necesario para mantener su red en funcionamiento.
Factores que aportan valor a través de la minería:
- Inversión inicial: Los mineros necesitan adquirir hardware especializado que puede costar miles de dólares.
- Consumo energético: Validar las transacciones y asegurar la red implica un alto consumo eléctrico, lo que convierte a Bitcoin en un activo respaldado por recursos reales.
- Procesamiento constante: Cada bloque minado representa el esfuerzo de millones de computadoras trabajando en red para resolver problemas criptográficos.
Por estos motivos, Bitcoin no es “algo digital sin valor”. Incluso si no estuviera respaldado por un gobierno o una entidad centralizada, el proceso físico y técnico detrás de su creación le otorga un valor tangible.